Papá 5G

Noticia publicada el 19-03-2018

Hombres conectados con la maternidad y la crianza.

España celebra cada 19 de marzo el Día del Padre, haciéndolo coincidir con el día de San José debido a su tradición católica.  Manuela Vicente Ferrero, una maestra madrileña, fue quien impulsó este día para homenajear a los padres allí por 1948.

En otras partes del mundo como en Iberoamérica, Francia o Reino Unido, han adoptado la fecha estadounidense, festejando el Día del Padre el tercer domingo de junio. Sonora Smart Dodd, una muchacha de un pueblo del estado de Washington, fue quien comenzó a celebrarlo en 1910 para homenajear a su padre viudo, quien había asumido el cuidado de Sonora y sus hermanos.
Sea cual sea la fecha del año escogida, el “Día del padre” es algo reciente en la historia de la humanidad y su existencia demuestra un cambio gradual en la mentalidad de la sociedad, en el que empieza a valorarse de otra forma la influencia del hombre en la vida diaria de sus hijos.

Nos habían convencido de que nuestra labor esencial, como hombres de familia, era procurar el pan para nuestros hijos, trabajando desde la mañana hasta la tarde lejos del hogar, y ser utilizados, muchas veces, como el malo de la película: “Ya verás cuando llegue tu padre”. La imagen del padre que hemos mamado de los cuentos, el cine, los libros, incluso de la familia, es la de un hombre que da miedo a sus hijos y al que debe dejarse tranquilo cuando está en la casa.

Como comento en los primeros párrafos de esta nota, el Día del Padre fue impulsado por mujeres, quienes en su lucha por lograr la igualdad, han dado lugar al inicio del acercamiento emocional del hombre con sus hijos. Ya no es necesario que la del padre sea una figura dura e intocable al que hay que respetar sin chistar. Ahora un padre tiene la posibilidad de ser una persona más próxima, que escucha y acompaña al menor en su camino de crecimiento, y al que no le da miedo reconocer que ha cometido un error. Durante años los hombres se han perdido vivir la intimidad del crecimiento de sus hijos, de disfrutar de ellos, de rememorar juegos, canciones y sensaciones que tuvieron de pequeños... Si bien les entregamos toda nuestra carga genética, nos faltaba algo, faltaba poder inmiscuirnos en su crianza de una forma más activa, de trasmitirles nuestros valores sin tener que respetar moldes o formas y generar otro tipo de vínculos.

De un tiempo a esta parte, la sociedad ya no ve con malos ojos que un padre cambie un pañal, prepare la comida o salga de paseo al parque con sus hijos. Las mujeres, nuestras parejas, son parte fundamental de este cambio. Son quienes nos dan ese espacio, nos acompañan en nuestra reeducación y nos permiten recuperar ese terreno perdido en la crianza de nuestros hijos.

Hay pocas cosas que me hagan sentir tan pleno como practicar una paternidad consciente. Realmente yo no sabía en ese momento que mi paternidad tenía “nombre”, esto lo descubrí después, pero tuve la suerte de tener a mi lado una mujer con la que pude compartir la vida de nuestros hijos desde el primer momento, cuando todavía estaban en su barriga.

Ser consciente de los cambios de mi pareja y aprender a acompañarlos, estar presente en los nacimientos, involucrarme en la lactancia ayudando, por ejemplo, a crear espacios de tranquilidad para la madre y el bebé, acompañar a mis hijos en sus primeros pasos y enseñarles mis valores, estar presente en sus primeros días de clases y consolarlos en sus primeras caídas del patinete...

Es cierto, fui un afortunado que eligió y pudo organizar y compatibilizar el tiempo laboral con la vida familiar, porque creo que es algo por lo que vale la pena luchar.
Todavía hay mucho camino que andar, y algunas leyes que cambiar, pero nos toca vivir en una época de cambio y hay que aprovecharla. ¡Feliz día del padre!•

Leandro Trilnick
Papá en activo

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