¿Qué leemos?

Noticia publicada el 02-04-2018

2 DE ABRIL DÍA DEL LIBRO INFANTIL

23 DE ABRIL DÍA DEL LIBRO

(la excusa perfecta para regalarle un libro)

Estoy segura de que hay autores, autoras, libros y álbumes ilustrados que se me escapan; libros que con el tiempo y la experiencia en las aulas o en casa se han convertido en tesoros y familias y educadores saben que “funcionan”, que conectan y encienden o mantienen encendida una llama. Asumido esto, permíteme que comparta contigo algunos de aquellos que me parecen geniales y especiales de entre los que sí he conocido y mis razones para elegirlos, entre las que se cuelan algunas ideas que tengo respecto a la lectura en la etapa infantil como futura maestra, como futura (aunque quién sabe cuándo) mamá.

“El libro de la primavera / el verano / el otoño / el invierno / la noche”
de Rotraut Susanne Berner, con Anaya.Volví locas a mis compañeras de clase (Educación Infantil) con la perreta que me dio con esta colección y en general con los libros sin texto. Y es que los libros sin texto son una maravilla no solo porque pueden ser leídos (sí, leídos) por cualquier persona, haya o no accedido a la lengua escrita (lo que incluye a niños y niñas cuya lengua no es la del aula u hogar, dado el caso) sino que supone la posibilidad de descubrir una historia distinta cada vez que abres el libro; implica que no hay errores en su lectura; desarrolla la expresión oral; potencia la capacidad de observación; brinda la oportunidad de conectar, crear, imaginar; nos regala la oportunidad de expresar y conocer el mundo interior de quien lee a través de sus creaciones e interpretaciones... ¿No es fantástico? La colección de Anaya que te comparto, además, tiene de genial que los libros poseen continuidad; comenzando en el invierno podemos seguir la historia de la ciudad y sus personajes a lo largo de los distintos libros descubriendo los cambios físicos y sociales, personales y relacionales, que se suceden con el paso del tiempo. Viene en gran tamaño y hojas de cartón.

Pero álbumes ilustrados sin texto maravillosos hay muchos. Algunos son auténticas obras de arte como “La ola” de Suzy Lee con Barbara Fiore Editora, otros se pueden contar de atrás para adelante como “El globito rojo” de Iela Mari con Kalandraka, los hay en los que los personajes son invisibles y seguimos sus huellas como en “Adivina quién hace qué: un paseo invisible” de Gerda Muller con Corimbo, algunos versionan clásicos jugando con los límites del papel y la imaginación como “¡Waah!” de François Soutif con Picarona… En fin, la lista puede ser bien grande.

Hervé Tullet. No, no es el título de un libro, es un autor y si no le conoces te invito a que la próxima vez que vayas a la biblioteca, librería o tiendita de referencia cojas en tus manos una de sus obras de arte, que en muchos casos son álbumes ilustrados (casi) sin texto. Innovador, divertido, artístico, interactivo, sencillo, complejo, rico. Así es un libro de Hervé Tullet, ¿cómo ibas a perdértelo? “¡Soy un Plop!”, “Un libro”, “¿Jugamos?”, “Colores”, “Cinco sentidos”, “Sin título”, “La cocina de dibujos”, “Juego de luces”, “A garabatear”… elije cualquiera, tienes muchísimos entre los que escoger. ¿Más razones?
Son juego, eso ya, en muchos casos, podría ser razón suficiente (si abogamos por el placer y gratuidad de la lectura) pero es que además, como ya sabemos, jugar aumenta su potencial de aprendizaje: colores, formas, motricidad, comprensión lectora, consecuencias, reversibilidad, pensamiento creativo… y suma y sigue. En español publica con Kokinos, principalmente.

Colección Crea tu propia aventura. ¿Recuerdas aquellos libros de “Elige tu propia aventura” en los que podías decidir cómo continuaba la historia y según tu elección ibas a una página u otra del libro? Pues Editorial Base ha creado la versión infantil de esos libros con tres títulos y tres personajes: Calabacita la bruja, Inés la princesa y Arturo el caballero que dan la oportunidad a los más peques de decidir cómo continuará la aventura eligiendo en cada página una de las dos alternativas ofrecidas mediante pictogramas que también aparecen en las pestañas de las hojas para saber a cuál hay que saltar. Volvemos a encontrarnos entonces con un libro que es distinto cada vez que lo abrimos, dando protagonismo a quien lee y no puede ser de otro modo, porque la historia, una vez que la suelta quien la escribe es de quien la lee.

“Pájaro amarillo” y “Leotolda” de Olga de Dios (autora e ilustradora) son dos álbumes ilustrados que abrazan la creatividad, la diversidad, la amistad, el trabajo en equipo, el bien común, dan pie a la interacción y, además, se distribuyen bajo lincencia Creative Commons, pudiendo comprarlos en papel o acceder a ellos por descarga libre con opción a donación voluntaria. Esto le dio valor porque no estoy en la cabeza y corazón de Olga de Dios pero este gesto, que sin duda podría dar pie a un interesante debate, a mí me inspira a interiorizar algunos de los valores de la lectura y la escritura que merece la pena destacar: escribimos para comunicar, para compartir, para imaginar, crear, para disfrutar, entre otras tantas razones; y leemos para conectar, aprender, informarnos, investigar, soñar, viajar, para amar, preguntarnos, para recordar o porque sí, para... Por tanto, qué triste si enseñamos y aprendemos a leer y escribir como una tarea desligada de su funcionalidad y desconectada de la emoción, ¿no?

“El día que los crayones renunciaron” de Oliver Jeffers. Este álbum hace reír a personas adultas y conecta con ellas, lo he visto y lo he vivido; también conecta con niños y niñas, por supuesto, si no, no tendría valor compartírtelo. Pero ¿por qué te traigo un libro con el que disfrutan también mayores? Porque quiero compartirte otra reflexión: escoge libros que disfrutes acompañando y leyendo con él, con ella. Sí, es posible que no todos te gusten al cien por cien o que alguno que a ellos y ellas les encante a ti no te parezca tan genial y seguro que algún libro llegará a casa o al aula con el que algo te chirríe y será una oportunidad maravillosa para abrazar, reflexionar y hasta para permitirnos cambiar la historia, ¡eso es genial también! Pero no escojas un libro que sepas que preferirías no leer, si tú no quieres hacerlo ¿cómo harás para que a otra persona le apetezca? Y habiendo tanto donde elegir, ¿por qué elegir uno que no disfrutarán?

¿Otros libros? “No es fácil pequeña ardilla” (duelo), “La luz de tu corazón” (espiritualidad), “¿De qué color es un beso?” (emociones), “¡Soy una niña!” (género), “Yo soy Yoga” (espiritualidad), “Material de pintura” (familia), “Busca y encuentra de todos los colores” (colores, contar), “De aquí no pasa nadie” (libertad), “El libro inquieto” (libro-juego), “Eres polvo de estrellas” (conexión con la naturaleza)… Pon el tuyo.

Hay cientos, miles de libros, todos tienen su ocasión, brindan distintas experiencias y aprendizajes. Te invito a considerar que no se trata, solo, de contenidos, la mayoría de las veces se trata de las preguntas que nos lanzan y nos lanzamos al leer, se trata del tesoro que encierra la relación entre el libro y quien lo lee, ahí se crea la magia.•

Indra López Moreno
Amante de la lectura

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