Creencias erróneas sobre la episiotomía

Noticia publicada el 10-09-2018

Episiotomía
“Procedimiento quirúrgico que comprende el corte del perineo (piel y músculos entre la vagina y el ano) durante el trabajo de parto para agrandar el canal vaginal. Este procedimiento se realiza con tijeras o con un bisturí y requiere sutura después.”- definición extraída de la web

 
 
 
 

Al igual que sobre otros temas relacionados con el parto, existe una creencia errónea residual relacionada con la episiotomía.

Tal y como se refleja en la Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal del Ministerio de Sanidad, “la episiotomía introducida en la práctica clínica en el siglo XVIII es ampliamente utilizada durante el parto, a pesar de la pobre evidencia científica sobre sus beneficios, siendo todavía un procedimiento muy controvertido. La justificación de su uso se basaba en la reducción del riesgo de los desgarros perineales, de la disfunción del suelo pélvico, y de la incontinencia urinaria y fecal. Se pensaba que los potenciales beneficios para el feto eran debidos a un acortamiento del periodo expulsivo que facilitaba mayor número de partos espontáneos. A pesar de los limitados datos, la episiotomía se convirtió virtualmente en rutinaria, subestimando los potenciales efectos adversos, incluyendo su extensión a desgarros de tercer y cuarto grado, la disfunción del esfínter anal y la dispareunia”.

Hoy en día las recomendaciones han cambiado, y están basadas en la evidencia científica, siendo, de forma resumida, las siguientes:

•    La episiotomía debe realizarse de manera restrictiva, nunca de forma sistemática. Esto quiere decir que el profesional que atiende el parto valorará cada caso en particular, y en función del juicio clínico basado en las recomendaciones actuales de la evidencia, decidirá si es necesario realizar esta intervención o no. Nunca se hará por rutina, o por sistema, ni por creencias personales del profesional. Debe haber una causa clínica justificada.

•    Las causas de necesidad clínica de episiotomía que recoge la guía de práctica clínica anteriormente mencionada son la sospecha de riesgo de pérdida de bienestar fetal, o el parto instrumental. Es decir, si se dieran alguna de estas circunstancias, el profesional responsable de la asistencia al parto valorará la necesidad de realizar dicha intervención.

•    El hecho de haber tenido un desgarro perineal (de cualquier tipo) en el parto anterior no es motivo de realizar episiotomía en sucesivos partos.
En algunas ocasiones, el periné sufre laceraciones o desgarros espontáneamente durante el parto, que pueden afectar a diferentes estructuras (piel, músculo, y en algunos casos al esfínter anal y/o mucosa rectal). Está demostrado que la episiotomía no mejora los resultados a corto y largo plazo. Es decir, que por realizar una episiotomía no estamos ni previniendo desgarros mayores ni mejorando la recuperación posterior. Por ese motivo, sólo debe ser realizada por las causas anteriormente descritas.

En algunas ocasiones, estas laceraciones o desgarros perineales son en cierta medida difíciles de evitar, pero sí hay maneras de disminuir o minimizar la posibilidad de que sean mayores.

Por ejemplo, tener un buen tono muscular en nuestro suelo pélvico es un factor positivo, que protege frente a desgarros más profundos. El suelo pélvico se puede trabajar de diferentes maneras durante el embarazo a través del yoga, el pilates, o con ejercicios específicos. Puedes consultarlo con tu matrona de referencia.

También durante el embarazo, a partir de la semana 32, puedes comenzar a realizar el masaje perineal, que es la estimulación táctil de la zona del perineo. Es probable que sea un factor protector sobre el trauma perineal y puede disminuir el dolor en el posparto. También si quieres más información sobre este masaje, puedes preguntar a tu matrona de referencia, ella te explicará con detalle cómo y cuándo empezar a realizarlo según tu caso particular.

Durante el parto, es importante que en el momento del nacimiento del bebé, su salida se produzca de forma lenta y controlada, para que a tu musculatura le de tiempo a distenderse progresivamente y adaptarse a las dimensiones de la cabecita y cuerpo del bebé. Esto se consigue con una respiración tranquila, escuchando tu cuerpo, y escuchando las recomendaciones que te ofrezca tu matrona en ese momento. Quizá la matrona, o tú misma, puedan ayudar con la mano a que la cabeza de tu bebé nazca de forma lenta y suave.

También la posición durante el parto puede disminuir la probabilidad de desgarros, siendo estos menos frecuentes en aquellas en las que la presión no está aumentada en el periné posterior. Habría que evitar estar tumbada boca arriba con las piernas en alto. Ese día, sentirás como necesitas colocarte para parir, lo sabrás según las sensaciones que te mande tu cuerpo. Algunas opciones serían de pie, tumbada de lado, en cuadrupedia o sentada en la silla de partos, por ejemplo.

En resumen: no es necesario, ni recomendable, realizar una episiotomía durante el parto para mejorar los resultados perineales ni la recuperación posterior. Las únicas causas justificadas por la evidencia científica son la sospecha de pérdida de bienestar fetal o parto instrumental, a valorar por el profesional que esté acompañándote en tu parto. Hay veces que no se puede evitar tener algún tipo de laceración o desgarro durante el parto pero, como hemos visto, hay ciertas cosas que están en tu mano, y en las de los profesionales, para minimizar la posibilidad de que esto ocurra o para que sea lo más leve posible.

¡Feliz parto, feliz nacimiento!•


Sara Barreto Ramos
Matrona
Vicepresidente de la ACAMAT
(Asociación Canaria de Matronas)
Facebook: Asociación Canaria de Matronas
Instagram: acamat.matronas

 

 

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